Los niños que estudian otros idiomas desde pequeños desarrollan muchas habilidades de manera paralela al aprendizaje de otra lengua. Existen muchas razones para considerar el aprendizaje de idiomas para niños y para estar seguros de que es la mejor decisión que podemos tomar para el futuro de nuestros hijos.
Memoria y habilidades cognitivas
Al integrarse a un programa de idiomas para niños, trabajan habilidades cognitivas fundamentales, como la memoria, el pensamiento crítico y la concentración.
Hasta la edad de siete años los niños adquieren nuevos conocimientos de manera natural, igual que como adquieren el dominio de su lengua materna, lo que representa un avance mucho mayor en el aprendizaje.
Los siguientes idiomas que aprendan, serán más fáciles
El aprendizaje de un idioma modifica la estructura física del sistema auditivo, permitiendo el entendimiento y reproducción de distintos sonidos y es en la infancia cuando el oído es más moldeable.
Un programa de idiomas para niños en el que los alumnos iniciaron antes de los siete años, hace mucho más sencillo para ellos recrear los fonemas de otras lenguas, así como analizar las palabras y sus significados.
Resuelven mejor los problemas
Al aprender otros idiomas, los niños se encontrarán con obstáculos como palabras desconocidas, expresiones que no tienen sentido o acentos difíciles de entender.
Cuando en la vida diaria se les presenta un problema, están acostumbrados a resolverlo para poder avanzar y trasladan estas habilidades a otras situaciones.
La llave para conocer otras culturas
Hablar el idioma de una cultura extranjera nos permite conocer y entender tan profundamente como queramos a un pueblo, su identidad, comportamiento y estilo de vida, ya sea visitando el país o a través de libros y publicaciones.
Al descubrir otros países y conocer costumbres, formas de vida y de pensamiento completamente distintos a los nuestros, los niños desarrollan sentimientos y actitudes como la empatía, la tolerancia y el interés por la inclusión social.
Actividades simultáneas y respuestas más rápidas
El aprendizaje desde la infancia de una segunda o tercera lengua permite que los niños desarrollen la facilidad de cambiar de un idioma a otro a fin de adaptarse a diferentes situaciones.
La mente de una persona bilingüe tiene la capacidad de responder mejor a todos aquellos estímulos que le requieren adaptar su forma de comunicarse para ser eficiente.
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